Mi muy querida Guatemala, Tierra de mis amores, esta semana estamos de fiesta, según la historia este 15 de septiembre es tu 191 cumpleaños de ser una tierra libre e independiente, muchas serán las razones para demostrar que esta fecha no es precisamente el día de tu libertad, quizás algunos sostendrán que aun hoy en día no eres una nación emancipada, sin embargo todos los chapines estamos de fiesta, porque en este mes en el ambiente abunda el sentido de amor a la patria, los colores azul y blanco, además de que todos los guatemaltecos podemos sentir en el corazón el orgullo de haber nacido en esta tierra maravillosa.
De pronto al escribir estas líneas dedicas a ti, mi patria adorada Guatemala podría enfocar mis esfuerzos y mis palabras a expresar lo difícil que por momentos se ha vuelto en los últimos años vivir en este suelo, estamos todos conscientes que muchos actos y noticias que nosotros tus hijos hemos generado no han sido tu mejor carta de presentación. Sin embargo como cualquier tarjeta o carta de felicitación, mi mayor deseo es ahora plasmar bajo estas líneas lo indescriptible del sentimiento hacia ti, porque considero de las mayores bendiciones del creador haber nacido bajo este cielo azul en este lugar bendito por el cual soy llamado en todo el mundo guatemalteco.
Querida Guatemala para mí como lo decía en un principio eres toda una maravilla, y luego de 2000 km recorridos en las últimas semanas por muchos de tus lugares lo puedo decir con convicción, tu cielos, tus montañas, tu ríos y toda esa mezcla de barro, agua y aroma de primavera, nos recuerda que vivimos en toda una inspiración de Dios. Por eso en estas líneas algunas de tus condiciones naturales me permito citar, es así como mi primer viaje a occidente les empiezo a relatar, para celebrar tu mes permíteme estos viaje a tu interior narrar.
Mi lindo y hermoso país, de pronto estoy parado en Quetzaltenango enfilo mi destino y empiezo a subir la montaña, unos minutos después estoy en tierra alta, si respiro el aire se siente con menos oxigeno y de pronto me detengo como sostenido en el pico de los lugares más altos de esta bella nación, el frio se hace más intenso, el aire más helado, lo verde de las montañas más denso y alguna caídas de agua parece cubos de hielo sonando al romper su trayectoria con inmensas rocas vestigios de una tierra fuerte y aguantadora. No cabe duda estoy en una palestina como su nombre de los altos, lugar que divide el pico más alto de la otra tierra baja que pronto aparecerá, la bajada a tierras templadas y empezamos a caer, una bajada pronunciada y aterrizamos en un punto donde aun la altura se siente al respirar, el clima menos frio pero aun intenso nos recuerda que estamos en el principio de tierra linda, de tierra donde se ubica una campana la primera en su especie, la campana que anunciaba los actos de Fe en San Pedro San Marcos, tierra aun alta de este hermoso país.
Unas horas detenidos, salimos aun se siente el frio del lugar, iniciamos nuestro camino de nuevo, tres cuartos de hora después pareciera totalmente otro lugar, en cuestión de minutos, en cuestión de kilómetros y ya se disfruta de nuevo el respirar, el oxigeno empieza a aumentar el calor incluso empieza a apremiar, lo misma montaña verde obscura ahora resulta transformada como que a su verde le han quitado intensidad, solo una tierra maravillosa como la nuestra puede en cuestión de un viaje como ir a la vuelta de la esquina encontrar tanta diversidad, el calor se intensifica y anuncia costa, quien diría que al doblar podríamos encontrar un especio cercano al océano, y del pico más alto de este bello lugar hemos pasado a donde nos encontramos con la mar.
El clima es bueno puede ser el momento para una fruta tropical degustar, el cielo es azul profundo ni una señal de nubes estamos listos para la ruta volver a comenzar, ahora avanzamos en lo que parece tierra plana sin altura maniobrar, sin embargo otro es el factor que de pronto ha de cambiar, se ve al rey sol dirigiendo las pautas del diario caminar, de pronto un rayo anuncia que la calma está a punto de acabar, y así es el cielo azul se convierte en gris y de pronto los aguaceros empiezan a caer, el agua se precipita como queriendo al cielo secar. Solo otra vez en esta tierra puede con esa rapidez cambiar de un cielo despejado pronto la tormenta a comenzar, la tormenta prácticamente acompaña hasta esta etapa de nuestro viaje a culminar, a que bonita Guatemala en un día tanto me permitió apreciar, alturas, planicies, costa y montañas pude admirar, sol intenso y precipitación constante fue el resultado final.
Y fue tan solo una esquina de este bello país en el que a lo largo de 5 hrs y 400 km de viaje con todos mis sentidos pude apreciar, feliz cumpleaños tierra hermosa de contrastes con esta belleza como no todo el mundo que te conozca se puede de ti enamorar.
Mario Arturo