viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Qué esperamos de nuestros niños?

Tenemos la bendición de tener dos maravillosos hijos que están creciendo más rápido de lo que me gustaría. Precisamente este acelerado crecimiento me ha hecho pensar en qué esperamos de ellos y cómo los estamos preparando para el futuro.

Desde levantarlos a horas de la madrugada para ir al colegio, hasta inscribirlos en innumerables cursos que ayuden a preparar sus virginales cerebros para el futuro que está a la vuelta de la esquina. Nuestras intenciones son buenas, estamos haciendo lo mejor que podemos por ellos. Pero ¿será que los lugares a donde llevamos a nuestros niños piensan lo mismo?

De las innumerables conversaciones que he tenido con amigos, papas de compañeros de mi hijo y las cosas que me ha tocado ver en algunos lugares pareciera que las personas a las que estamos encomendando la preparación de nuestros niños esperan ver pequeños adultos.

Yo sé que no es sencillo estar en una habitación llena de niños, pero ese es precisamente mi punto. Son “niños” y como niños tienen todo el derecho de ser tratados como tales y que se tengan expectativas acorde a su edad.

Lastimosamente yo he caído en el juego de los pequeños adultos en múltiples ocasiones. No grites, no corras, come toda tu comida, ponte los zapatos han sido algunas de mis frases favoritas en más de alguna ocasión. ¿Por qué? Por que queremos que nuestros hijos sean niños agradables, obedientes, que sean referencia para otros niños. Y aquí es donde radica el problema. ¡Será que se nos olvidó el tipo de niños que fuimos nosotros? ¿Ya habremos olvidado como no nos gustaba que nos regañaran todo el tiempo? ¿Se nos olvidó que a esa edad solamente queríamos divertirnos?

Definitivamente hay que enseñarles modales a los niños. Debemos enseñarles a comportarse. Pero ¡a comportarse acorde a su edad! No pidamos a nuestros niños perder la curiosidad, no sentirse asombrados por el mundo que los rodea. Ayudémoslos a explorarlo. Seamos nosotros las personas encargadas de explicarles cómo se forman las nubes, por qué la luna brilla por la noche y todas esas cosas que hacen que la niñez sea tan especial.

Hoy, ayudaré a mi hijo a ser el niño que debe ser, no el adulto chiquito que el mundo busca.

Carlos

1 comentario:

Unknown dijo...

Muchas veces lo he pensado y aunque no tengo hijos aun, al menos nadie me ha reclamado hasta ahora,je, tengo varios sobrinos y pequeñas personas que quiero como que fueran mios! Trato de ser amigo con ellos, y ciertamente me siento muy a gusto en su mundo. Y luego veo a los papás, tal como lo describis, intentanto lo mejor por hacerlos mujeres y hombres de bien, preparandolos para la vida adulta, y esa educación cada vez inicia más y más temprano para los niños. Creo que más que nada ese es el problema, empiezan demasiado bebes, de 2 y 3 años ya inmersos en un mundo de reglas, de no hagas, no digas, no, no, no... Yo recuerdo lo mio fue un prekinder, kinder y ya a primero, pero ahora hay casi una carrera universitaria previa al primer grado. Y tambien recuerdo que mis maestras de esos grados eran estrictas, tambien nos trataban, pues lo normal, con reglas y juegos, creo que eso no ha cambiado. Lo malo es que ahora no existen esos 5 años de niñez que nosotros tuvimos, y quien sabe si sea bueno o no, los tiempos cambian, solo queda esperar y hacer lo mejor.