miércoles, 13 de junio de 2012
Bien Puesta la Plana.
En varias ocasiones he dicho que para mí, el intentar ser un buen papá para las dos bellas princesas que he recibido como regalo Dios, es un alto compromiso. Más fuerte aún luego de tener durante treinta y dos años tan buen testimonio. Mi Papá ha sido en mi vida un gran ejemplo y como diría el dicho popular, me ha puesto demasiado bien la plana.
Ahora que estamos en el “Mes del Padre” puedo afirmar que yo siempre he tenido razones de sobra para poder celebrarlo. Gracias a Dios se me ha brindado hasta el momento la oportunidad de tener a mi Papá con vida y salud. Además con muchas cosas que agradecer de ser su hijo y con casi nada que reprochar en la tarea de ser el Jefe del hogar en el que crecí. De hecho puedo afirmar que una de las bendiciones más grande de mi vida y la de mis hermanos es ser hijo de ese señor que día con día se ha esforzado por ser un modelo de Padre, llenando nuestras vidas de amor, de confianza y plenitud.
Desde hace cuatro años yo también he podido celebrar este mes, y he podido tener de igual manera un día del padre, porque con limitaciones y con errores creo haber intentado ser un buen padre para mis hijas, como no serlo si he aprendido en mi hogar a ser un buen padre de familia, por esa razón puedo afirmar que la mejor manera de dejar un legado fuerte en nuestros hijos y por ende en nuestra tierra es cumpliendo a cabalidad con nuestras responsabilidad del rol de papá encomendado por Dios. Por eso ser un buen padre debe ser un deber para con el Creador, para con nuestros hijos y para con nuestro país.
Estoy seguro de que en la medida de que las futuras generaciones crezcan con testimonios sólidos de paternidad y crezcan en hogarares dignos y con los recursos que satisfagan la necesidades básicas, podremos construir una sociedad mejor. Por eso este mes del padre, por supuesto que es para celebrar la vida de aquellos que han sacrificado su vida en pos de sus retoños. Sin embargo este mes debiera ser también un llamado fuerte a la conciencia de aquellos que han menospreciado, abandonado y en algunos casos dañado y lastimado la vida de sus hijos e hijas.
Creo que nuestra generación debiera tener la consigna y el llamado a darle un giro importante a la historia y dejar atrás esa triste realidad que nos dice que es difícil celebrar el mes del padre en el contexto de tanta paternidad irresponsable de los hombres de nuestra sociedad.
En mi caso particular les digo que, el ser buen padre lo he aprendido en casa. Mi papá me ha dado ejemplo de formar una sólida familia cuyas bases han sido la fidelidad, el respeto, la armonía y el soporte económico que le dio desde siempre a mi hogar. Aunado a eso lo más importante... yo crecí sintiéndome amado, ya que desde el primer momento del que tengo conciencia, recuerdo siempre a mi papá haciendo continuos depósitos de amor en mi corazón que a larga impactaron mi vida del tal manera que hoy en día hacen que mi principal misión sea el anhelo de convertir a mis hijas en mujeres plenas y llenas de ilusión.
Es por eso que exhorto a todos los hombres a quienes Dios les ha concedido la posibilidad de engendrar vida, a que se conviertan en sabios alfareros para la vida de sus hijos. Que su ejemplo, responsabilidad, respeto y amor conviertan a sus hijos en personas útiles y valiosas para la sociedad, ya que en la medida que logremos dinamizar este proceso seguro en Guatemala habrá buenos y honrados ciudadanos que hagan de este país un lugar lleno e amor y de dignidad.
Así queridos colegas papás, celebremos a lo grande esa paternidad si la hemos intentado cumplir a cabalidad, y si no, aún es tiempo para comenzar, aún es tiempo de volver atrás y enmendar esas heridas provocadas en el corazón de nuestros hijos e hijas. Aún es tiempo para rectificar y empezar a escribir en la vida de esos corazones que cobardemente en algún momento dejamos abandonados. aún es tiempo para ser un buen testimonio para que nuestros hijos e hijas puedan descubrir por ellos mismos cómo brindar amor a los demás. Nunca es tarde para cumplir ese don maravilloso que nos ha dado la oportunidad el Creador de tener en nuestros manos.
Como les decía anteriormente solo de nosotros depende que en los próximos años seamos dignos de celebrar en Junio ser Papás, en nuestras manos esta que cada día que pase haya más hogares integrados en nuestra sociedad. En nuestras manos está que nuestros hijos dejen de sufrir por tener un papá parcial o quizás un fantasma de papá. Así que toca ser valientes, levantar la cabeza y si es posible con lágrimas en los ojos encaminar una lucha constante para ser un maravilloso papá.
Feliz mes del padre hombres de buena voluntad que forman día con día hijos sensatos y prudentes, un abrazo y mi deseo que logremos siguiendo las enseñanzas de San Pablo a los Efesios ser Valientes personajes que criemos hijos e hijas en la disciplina y amonestación de nuestro Señor Jesús.
Mario Arturo
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