domingo, 16 de mayo de 2010

Reingeniería para el alma

Hace poco estuve pensando en como aplicar mi conocimiento técnico a mejorar mi calidad de vida. La tarea no era nada sencilla, había muchas variables que contemplar y al final decidí enfocarme sobre las variables que podía tener un impacto en el corto y mediano plazo; si mis suposiciones son correctas, este impacto a corto y mediano plazo harán que este proceso sea sostenible en el largo plazo.

Comencé por identificar cómo maximizar la felicidad, y concluí que esto sería posible sí y solo sí la tristeza y/o las lágrimas de mis seres queridos eran minimizadas inmediatamente. Esto es alcanzable únicamente al dejar de pensar en mí y volcar todos mis esfuerzos a hacer felices a los demás. Sin embargo, esto no es garantía para minimizar nuestra propia tristeza pero la respuesta a este problema es muy simple: si al minimizar la tristeza en los demás logramos maximizar nuestra propia felicidad, entonces podríamos decir que las posibilidades de que estemos tristes tienden a cero a medida que la felicidad de nuestros seres queridos aumenta.

Como segundo punto decidí evaluar cómo incrementar la eficiencia en la utilización de mi tiempo; aquí descubrí que no era más eficiente cuando más cosas hacía con menos tiempo, la eficiencia de la utilización es directamente proporcional a las sonrisas y buenos momentos que pasamos con nuestros familiares y amigos.

El tercer punto a evaluar es el más difícil, no por el grado de dificultad que representa su ejecución, debido al grado de humildad que debemos tener. La completa realización personal puede ser alcanzada solamente si todas las cosas materiales y logros que poseemos pueden ser eliminadas de nuestro entorno y esto no afecta nuestro nivel de felicidad y sentimiento de logro. La única forma de alcanzar esto es tener presente que todo lo que tenemos lo hemos logrado gracias a la gente que ha creído en nosotros, que siempre ha estado a nuestro lado para alentarnos cuando lo hemos necesitado y a hacernos entrar en razón cuando nuestros pies se separan de la tierra.

Esta gente no ha llegado a nuestro lado por azares del destino, son ángeles enviados por Dios para ayudarnos a alcanzar nuestro máximo potencial que es precisamente el motivo por el cual estamos en la tierra.

Así como otros son ángeles para nosotros, nosotros también somos un ángel para alguien más. Nunca dejes pasar la oportunidad de enseñar algo nuevo a alguien, hacerlo sonreír, llamar su atención para que mejore y nunca dejes de alentarlo para que siga adelante sin desmayar.

Espero que este mensaje te ayude a levantarte si te encuentras en el suelo, a caminar si te has detenido y a correr si tu paso se ha vuelto lento.

Carlos

1 comentario:

Aury dijo...

Como seres humanos buscamos constantemente la felicidad... pero realmente debemos enfocarnos en buscar la feliciad verdadera, la que nos haga felices internamente y si el día de mañana llega nuestro momento de partir, estemos seguros que dejamos una huella en al menos una persona. No es que nuestra felicidad dependa de otros, simplemente los momentos de felicidad son aquellos en los que tuvimos con quien compartirlos.