martes, 5 de julio de 2011

Camanances de nuevo.

Los dichosos camanances son los hoyitos al extremos de la sonrisa amplia que aparecen en algunas de las personas, en mi particular caso esto benditos camanances son unos de los rasgos más característicos de mi rostro, es mas mi sonrisa es quizás de las primeras impresiones que deja mi presencia. Pues según me cuentan desde hace unos años cuando yo era una criatura ya todos lograban identificar mis graciosos agujeritos cuando yo esbozaba mi sonrisa, de hecho algunos de los allegados de la familia insistían cuando me veían de pequeño para que yo sonriera a fin de dibujar mis famosos camanances.

Pues el año pasado justo una semana antes de mi cumpleaños número 31 aparecieron otros bellos camanances en mi vida, el 05 de julio a eso de las 5 de la mañana llegaron a mi vida no solamente un bella sonrisa, aparecieron otros tiernos hoyitos además de unos preciosos ojos azulados que traía la segunda bebe que Dios puso a mi cuidado, así que esta líneas son precisamente para celebrar y compartir con ustedes el hecho que hace 12 meses llego a este mundo mi canchita pelos parados, MARTHA MARIA.

Martha María llego a nuestras vidas luego de 9 meses de intenso embarazo, durante los primeros tres dejo a su mama acostada en su cama debido a que la pequeña movió la placenta un poco más de lo debido, incluso nos hizo pasar en reposo absoluto las fiestas de fin de año, y así transcurrieron los primeros 7 meses de embarazo con un poco de riesgo, sin embargo dos semanas antes de la fecha de su nacimiento ya estaba colocada en posición de querer venir al mundo y fue en la madrugada del 05 de Julio que nos permitió ver su preciosos ojos azules con los que nos enamoro a todos.

Sinceramente yo pase todo el embarazo desde que nos dijeron que era un bella damita imaginándomela una morenita re preciosa. Es más hasta la soñaba con una sonrisa en un rostro moreno como el de su mama, por esa razón fue grande mi sorpresa, cuando alcance a la enfermera en la sala cuna y pude observar que mi hija era una bella rubia con los pelos desordenados, además de sus ojos claros como cielo. Cuando llame a mi mama para contarle, ella no podía creer que teníamos otra Chita Can en la familia.

Semanas después fue que al sonreír la bebe que pudimos todos observar que había heredado los famosos hoyitos. Y que en muchos de sus rasgos físicos era parecida a mí, pero por sobre todo en la amplia sonrisa, mi mayor anhelo ahora es poder darle a mi hija las condiciones de vida para que todo aquel que la vea diariamente pueda ver dibujada en su rostro esa preciosa sonrisa que tiene y que al verla pueda distinguir en ella LOS FAMOSOS CAMANANCES.

Definitivamente Dios ha sido muy bueno con Emmy y conmigo, nos ha regalado dos bellas princesas que adornan permanente nuestro hogar, dos bellas botones de rosas maravillosas, que estamos convencidos que convertiremos en dos bellas rosas que embellezcan la tierra donde crezcan.

Mario Arturo

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