miércoles, 12 de mayo de 2010

Las enseñanzas de “Pepe el delfín”

Mateo, mi hijo mayor, recibió en su tercer cumpleaños –entre otras cosas-un delfín de peluche que fue bautizado con el nombre de “Pepe el delfín”.

En los días siguientes a su cumpleaños he podido ver como “Pepe” ha sido objeto de múltiples muestras de afecto a cambio de compañía incondicional y sobre todo silenciosa. Precisamente el silencio de “Pepe” me hizo pensar: ¿cómo sería la relación de Mateo con “Pepe” si él pudiera hablar?, fuera del susto que le daría escuchar a un delfín de peluche hablarle, creo que la relación no sería tan armoniosa como lo ha sido hasta ahora.


De momento “Pepe” no se opone a que mi hijo lo use de almohada, es feliz viendo el mismo programa una y otra vez (asumimos esto porque no ha dicho que no le gusta), lo ha acompañado al colegio sin protestar, si lo olvida no se molesta y cuando lo encuentra es motivo de mucha felicidad.


¿Qué pasaría si todos fuéramos un poco más como “Pepe el delfín” con nuestro círculo de relaciones más cercano? posiblemente nuestras relaciones serían más armónicas. Nos tomaríamos el tiempo de compartir actividades, que no nos gusten, porque llenan de alegría la vida de otros. No preguntaríamos por qué fuimos olvidados, pues siempre habrá un abrazo lleno de emoción al encontrarnos de nuevo. Podríamos pasar horas escuchando conversaciones, y con un poco de suerte, hasta escuchar un recital privado de las más bellas canciones solo para ti.


Seamos condescendientes con nuestras parejas y amigos más a menudo, muchas veces perdemos la oportunidad de pasar un buen momento porque no estamos dispuestos a darle a ellos la oportunidad que decidan: ¿qué vamos a hacer hoy?, ¿qué película vamos a ver?, ¿qué vamos a comer? o algo tan trivial como ¿dónde nos juntamos?.

La próxima vez que sientas el deseo de que tu pareja o tus amigos hagan lo que tu quieres, recuerda a “Pepe el delfín” y espera pacientemente la aventura que esta por iniciar.


Carlos

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuando somos como "Pepe", y por fin nos decidimos a acceder a jugar, a cocinar o simplemente a estar juntos, nos encontramos con gratas sorpresas, como por ejemplo con un "Mami, te amo mucho" o "Amor...te traje las flores que te gustan". El tiempo pasa rapido y con el afan de querer que nuestras parejas o hijos tengan lo mejor, nos perdemos de lo mejor de ellos.... a todos nos gustan que nos quieran y que nos mimen asi que sigamos el ejemplo de Pepe El Delfin, a estar siempre ahi, no ha ser peluches.... Gracias Carlos me hizo reflexionar.

Unknown dijo...

Gracias Mónica, muy bueno su comentario y precisamente esas cosas de las que nos perdemos por simplemente "no estar ahí" son las que marcan la diferencia en nuestras vidas y la vida de nuestros seres más queridos.