Todos los días estamos expuestos a situaciones, programas, personas y actividades que pueden influenciar nuestras vidas para bien o para mal. El problema es que conforme los tiempos han cambiado, la línea que divide lo social y moralmente aceptable de lo que no lo es se ha vuelto mucho más delgada.
En los últimos 10 años, las posibilidades de tener acceso al alcohol, programación para adultos, drogas, y cosas de ésta naturaleza se ha incrementado notablemente. ¿Cómo lo sé? Tengo la dicha de ser parte de la generación que participó activamente de este cambio, y ahora que veo esta situación desde los ojos de padre de familia mi perspectiva es un poco diferente. No piensen que ahora me arrepiento de las cosas que decidí hacer en el pasado, por lo menos no de todas, pero si creo que me hizo falta tener una autoestima más fuerte para haber tomado decisiones más acertadas. Lo importante de estas experiencias, como siempre, es lo que podamos aprender para el futuro propio y el de nuestros seres cercanos.
A medida que va pasando el tiempo, es inevitable el madurar. Esto va acompañado de un bagaje de experiencia que nos ayuda a poder discernir entre una situación que no nos llevará a nada bueno. No podemos culpar de nuestras acciones a la “influencia” que otros puedan tener sobre nosotros, ya sea ésta buena o mala, al final la decisión de hacer o no hacer siempre queda en nuestras manos. Es aquí donde la autoestima entra una vez más en escena. Una persona con autoestima baja o no tan fuerte, puede sentir la necesidad de acceder a ciertas actividades para sentirse parte de un grupo o simplemente para ser objeto de atención. Por el lado contrario, una persona con una autoestima sana sabe que no es necesario sacrificar sus principios morales o bajar su estándar de comportamiento socialmente aceptable para poder encajar.
Tampoco debemos ser extremistas, conozco a un par de personas que precisamente para evitar estar rodeadas de malas influencias prácticamente cambiaron su círculo de amistades, debemos ser concientes de nuestros límites y aprender a decir “no”, por muy difícil que esto pueda ser. Y no debemos hacerlo por que esto nos hará mejores personas que aquellos que no pueden hacerlo, debemos hacerlo porque esto nos ayudará a ser ejemplo e influencia positiva para que otros puedan seguirnos.
Carlos
No hay comentarios:
Publicar un comentario